Dentro de la familia de los aceros existen básicamente tres tipos:
- Aceros martensíticos: Admiten el temple, son magnéticos y fácilmente mecanizables. Su contenido de cromo es de 13 a 17 % y de níquel de 0 a 2 %. Cuando están templados resisten mejor la corrosión.
- Aceros ferríticos: No admiten el temple y son sólo débilmente magnéticos (o no lo son). Su composición es básicamente de hierro y cromo (el contenido de Cr puede llegar al 27 %).
- Aceros austeníticos: Son aceros al cromo-níquel, no son magnéticos y son los que mejor resisten la oxidación y corrosión.
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